La importancia de la Transferencia Tecnológica en el contexto universitario

Desde hace algunos años, ha sido una tendencia mundial transferir resultados científicos de las universidades hacia la industria y la sociedad. No obstante, los avances en dicha materia se han llevado a cabo de manera diferenciada entre países. Por ejemplo, en Estados Unidos ha sido un proceso que ha logrado avances y sinergias muy significativas, mientras que en algunos países latinoamericanos se trata de un proceso en una etapa embrionaria que se ha adelantado de manera dispersa.

No se puede perder de vista que dichos avances están condicionados por circunstancias de orden económico, social y político. En el caso de Colombia, el tamaño y la naturaleza de las empresas existentes, los bajos índices de empleo formal, los escasos vínculos entre la academia y la industria y un escaso conocimiento de la importancia de usar, proteger y comercializar tecnologías universitarias en el mercado, han sido los principales factores que han limitado la consolidación de un proceso de transferencia tecnológica.

Si bien las universidades no están en la capacidad de transformar algunas de las condiciones previamente anunciadas, no se puede dejar de lado su capacidad para articular y promover ecosistemas de innovación y emprendimiento local-nacional que permitan constituir oficinas de transferencia de resultados de investigación o sus formas equivalentes. Lo anterior con la finalidad de dar lugar a un proceso de comercialización directa de algunos de los productos originados al interior de las instituciones académicas, de tal modo que se promueva con mayor énfasis el desarrollo de proyectos de I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación) capaces de atender las necesidades del mercado, el sector industrial y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

¿Por qué es importante realizar transferencia tecnológica?

Lo primero que podemos considerar es que la transferencia tecnológica puede ser entendida como un flujo de conocimientos, descubrimientos y técnicas creados por centros de I+D+i y universidades que están dirigidos a la sociedad en general. Para que sea efectiva dicha comunicación entre universidad y sociedad, es necesario que existan actores que se deseen comunicar entre sí, es decir, no basta con publicar resultados de investigación si no tenemos un interlocutor o receptor que desee recibir, apropiar y transformar la información que le hemos transmitido. Por lo cual, la transferencia tecnológica y de resultados de investigación requiere la creación de mecanismos, canales y retornos; en analogía con el proceso clásico comunicativo necesitamos un emisor, un mensaje, un canal y un receptor, en este último caso con un papel activo del receptor.

Contar con este flujo de conocimientos y necesidades de manera circular, permite que el conocimiento pueda avanzar, generando nuevos productos, servicios y procesos, lo cual trae consigo mayores ventajas competitivas para las empresas que se vinculan a este flujo de conocimientos frente a aquellas que no lo hacen, y también se generan retornos financieros, académicos y sociales para las universidades y centros de I+D+i que crean y promueven el proceso real de transferencia.

Finalmente, este proceso requiere que las alianzas entre organizaciones generadoras de conocimientos sean mucho más fuertes y que la interrelación y cooperación con organizaciones público-privadas permita constituir rutas y ecosistemas de emprendimiento e innovación estables en el tiempo.

Mariana Ríos Naranjo

Docente Facultad de Matemáticas e Ingenierías.

Carácter Académico: Institución Universitaria. Personería Jurídica por Resolución 18537 del 4 de noviembre de 1981 del Ministerio de Educación Nacional. Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional (Art. 2.5.3.2.10.2, Decreto 1075 de 2015). Vigilada Mineducación.
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