ATRAVESAR EL DESIERTO

La película Flor del Desierto narra la vida de Waris Dirie mujer somalí quien, luego de convertirse en una modelo famosa, dedicó sus esfuerzos a denunciar la práctica cruel de la mutilación genital femenina.  El filme es una coproducción inglesa, alemana y austríaca de la directora Sherry Hormann, del año 2009.

Quisiera en este texto pensar en voz alta sobre las reflexiones que me suscitó esta historia  no sólo sobre sus circunstancias puntuales de vida, sino acerca de lo que las mujeres de cualquier geografía podemos tomar para nuestro caminar pues como dijo ella misma en el discurso que pronunció en la Asamblea de Naciones Unidas: Existe un proverbio en mí país “El último camello de la fila, camina tan de prisa como el primero” lo que nos pase a cualquiera de nosotros, afecta a todos los demás. 

En la vida de esta mujer como en la de cualquiera de nosotras, existen hitos, momentos de quiebre; algunos de ellos nos resuenan, pero no sabemos qué podemos hacer y otros, nos ofrecen la posibilidad de elegir…acertada o equivocadamente, pero decidir. La primera de estas señales, fue como lo afirmó ella misma, la que le cambió la vida: cuando siendo una niña su mamá la llevó a que le hicieran la ablación genital.  Ese día me dieron doble ración de arroz y no sabía por qué.  A veces en la vida nos suceden cosas que nos dejan una marca indeleble y en ese momento no sabemos, no podemos hacer nada…sólo sentimos que el mundo se derrumba sobre nuestras cabezas con todo su peso.

Siguiendo la historia, viene la primera oportunidad que tiene Waris para hacer una elección consciente: a sus 13 años es “elegida” para ser la cuarta esposa de un hombre que podría ser su abuelo, destino al que no podía renunciar pues el futuro marido había pagado muchas cabras por ella.  Pudo haberse sometido y pasar a ser una más en la lista de mujeres infelices de su país y del mundo; también podría haber esperado a que se muriera el esposo para quedar libre de ese compromiso; posiblemente quitarse la vida sería otra opción, pero ella eligió huir, buscar la libertad… aunque ello le significara atravesar el desierto, descalza y sin alimento, para buscar a su abuela en Mogadiccio.

El resto de las mujeres también podemos tener nuestro desierto para atravesar; una relación infeliz, el trabajo al que vamos por obligación, las mil y una construcciones sociales que se nos imponen en cuanto género femenino…y a todos estos desafíos podemos responder conformándonos, haciéndonos daño, o…atravesando el desierto que no nos garantiza una vida sin tropiezos, pero sí una que nos pertenezca.

Ya en Londres, Waris se enfrentó a una prueba si se quiere más difícil que caminar descalza por el desierto: cuando, desde su único discurso ancestral censuró a su amiga por vivir abiertamente la sexualidad, comprobó que aquel dolor ocasionado a las mujeres de su país no sólo era injusto y humillante, sino que no era compartido por el resto de hermanas en otros lugares y que las privaba del goce legítimo de su cuerpo y del de otro.  A través de otras experiencias ratificó la certeza que su cuerpo era suyo y de nadie más.

Y éste es un descubrimiento esencial: la antigüedad o repetición de una afirmación no la hace más válida, hay que discutirla, ponerla en duda y, si es necesario, revaluarla; se necesita una gran dosis de valor, de amor propio, para resignificar lo que es ser mujer; expresiones que dicen cómo debemos vestirnos, a quién amar, cuándo ser madres y por tanto casarnos, qué hacer o no con nuestro cuerpo…entre otras, deben ser eliminadas de nuestro diario quehacer.  Porque la vida es un permanente proceso para transformarse en ese ser que es uno mismo; todo se construye, incluso la felicidad y si bien cambiar el imaginario social de género no representa una tarea a corto plazo, sí se pueden ir sembrando las semillas para una sociedad mejor. Para lograr una metamorfosis tan profunda es preciso unir nuestros esfuerzos, hacer alianzas que nos permitan, como dice Marcela Lagarde, crear espacios que puedan desplegar nuevas posibilidades de vida.

Carácter Académico: Institución Universitaria. Personería Jurídica por Resolución 18537 del 4 de noviembre de 1981 del Ministerio de Educación Nacional. Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional (Art. 2.5.3.2.10.2, Decreto 1075 de 2015). Vigilada Mineducación.
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