Aldebarán
[Imágen tomada de “A comparison of the star Aldebaran to the size of the Sun” – Wikipedia]
La gigante roja ha sido objeto de la creación de diversas teorías de conspiración y de historias de ciencia ficción en las que civilizaciones enteras habitan un sistema planetario ficticio de la estrella. Entre estas historias de ciencia ficción se encuentra la famosa y aclamada serie Star Trek, en donde en repetidos episodios de la serie se hace referencia a objetos y seres provenientes de la colonia de Aldebarán. En cuanto a las teorías de conspiración… acá no hablamos de teorías de conspiración.
Sin embargo, el sistema planetario ficticio no es tan ficticio. Recientemente, científicos [1] encontraron que Aldebarán presentaba una perturbación en su movimiento causado por la presencia de un planeta (invisible ópticamente debido a su tamaño con respecto a la estrella) que la orbita. Este estudio también concluyó que la masa del planeta es de aproximadamente 6 veces la de Júpiter. Además, hace un par de años [2] se demostró que la insolación recibida por este planeta gracias a su estrella durante un tiempo fue parecida a la que recibe la Tierra del Sol, indicando que el planeta gigante estuvo, durante un período de la vida de Aldebarán, en el área “ricitos de oro”, manteniendo una temperatura ni tan caliente, ni tan fría.
Sin duda alguna, desde la ciencia, la ciencia ficción, o desde los ojos de aquellos quienes disfrutan perderse en la locura e irracionalidad de las teorías de conspiración alienígenas, Aldebarán es una estrella muy importante para la civilización contemporánea y antigua, siendo sujeto del ojo brillante de la constelación del Toro (¡la más brillante!), y también de la imaginación de autores literatos modernos. Por supuesto, basta verla en una noche para que a cualquiera le robe un suspiro.
[1] Hatzes, A. P., et al. “Long-lived, long-period radial velocity variations in Aldebaran: A planetary companion and stellar activity.” Astronomy & Astrophysics 580 (2015): A31.
[2]Farr, Will M., et al. “Aldebaran b’s temperate past uncovered in planet search data.” The Astrophysical Journal Letters 865.2 (2018): L20.
