Libros electrónicos, un nuevo servicio de la Biblioteca Juan Alberto Aragón

Desde inicios de 2012 la Biblioteca Juan Alberto Aragón Bateman de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz ofrece el servicio de préstamo de dispositivos para lectura de libros electrónicos Kindle. Para el segundo semestre del año ha ampliado el servicio y ahora los estudiantes pueden llevar los dispositivos en préstamo externo hasta por tres días. Esto constituye un impulso al mejoramiento de las condiciones de estudio en la institución y más allá, una verdadera apuesta por las nuevas formas de lectura y por el aprovechamiento de recursos para el acceso al conocimiento.

Que los libros y los lectores se están transformando, no es algo nuevo. La oferta y demanda creciente de publicaciones electrónicas y de dispositivos móviles es una de las manifestaciones más grandes suscitadas en la actual sociedad del conocimiento. Tanto el hardware como el software de lectura, así como las plataformas que permiten generar y compartir publicaciones hacen que el acto de leer vaya más allá de lo puramente lingüísticoy trascienda hacia una experiencia en la que se integra video, sonido, interacción con el lector e incluso se vuelve un tema de inteligencia colectiva y social a la hora de buscar libros, adquirirlos, leerlos y recomendarlos.

El servicio

En este contexto, la Biblioteca ha tenido la visión para reconocer que lo mismo debe pasar con los servicios que ofrece y ha integrado un lote inicial de tabletas Kindle, el popular dispositivo lector de Amazon, para el uso de los estudiantes. Desde el presente período académico, una parte de ellas se destina para préstamo externo y otras se reservan para préstamo en sala, para garantizar el cubrimiento de ambas modalidades en todo momento.

La Directora del Departamento de Biblioteca, Liliana López, cuenta la forma en que se llegó a la idea de establecer el servicio: “Investigamos sobre este recurso en bibliotecas a nivel nacional y encontramos que solo cuatro instituciones en Colombia disponían de este servicio, mientras que en bibliotecas de Europa, por ejemplo, el servicio es más extendido”. Así, se detectó la necesidad de integrar esta opción, se realizó una inversión en los dispositivos y se trabajó en la planeación de un proceso que permita provechar y cuidar los dispositivos de la mejor forma posible. “Queremos responder a un nuevo perfil lector que requiere comodidad, libertad para consultar y usar una gran cantidad de libros en un mismo dispositivo ligero y manejable”, añadió la Directora.

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Los estudiantes tienen acceso a este medio no solo para mejorar sus condiciones de estudio y favorecer su desempeño, sino para explorar y profundizar en nuevas formas de lectura. Foto: Alejandro Sánchez

“En el primer semestre de 2012 se inició el servicio de préstamo interno de tabletas. Para este semestre, por solicitud de nuestros usuarios y por la misma naturaleza de la tableta, que es móvil, se extendió el servicio a préstamo externo para estudiantes konradistas, y a préstamos en sala para usuarios interbibliotecarios”. La posibilidad de llevar el dispositivo a casa o a donde vayan es de gran ayuda porque les permite usar tiempos desaprovechados, estudiar en lugares donde antes no podían, cargar cientos de libros sin la limitante del peso y el espacio e integrar el estudio y la exploración a su vida cotidiana de una forma más amplia que nunca.

Para hacer uso del servicio, los estudiantes deben acercarse a Biblioteca con su carné vigente y acogerse a las condiciones de préstamo firmando el documento elaborado para tal fin. Además, se prevé que este servicio crezca. “Queremos ver cómo se desarrolla el comportamiento de nuestros usuarios frente al libro electrónico y tener más experiencia en el servicio para tomar nuevas decisiones con respecto a la integración de más tabletas o de otras tecnologías similares”.

Las bibliotecas y las generaciones de nativos tecnológicos

Para las bibliotecas es imprescindible experimentar las transformaciones de la letra escrita y de las formas de leer desde ahora. Si bien la modalidad electrónica ya constituye una parte significativa de los libros que circulan en el mundo, la necesidad de entender este tipo de lectura se hace cada vez más necesaria si se mira al futuro cercano. No es difícil deducir que para las generaciones que están creciendo ahora, inmersas en el uso de tecnologías móviles, ese tipo de lectura será tan sencilla y transparente como lo fue para otras generaciones la publicación impresa y las pesadas maletas estudiantiles llenas de libros. Cuando estas generaciones crezcan y pueblen colegios y universidades, la vida para ellos no será de otra forma, ni siquiera tendrán referentes de la antigua forma de leer. Por eso, desde el punto de vista de las bibliotecas y las librerías, se debe comenzar esa transición desde ya y será necesario adaptarse a la evolución de las tecnologías de la información, cuya velocidad será cada vez más vertiginosa.

Con tanta gente pensando tan rápido y tanta información disponible, las bibliotecas han empezado a actuar como nodos en la articulación de conocimiento y este es un rol muy diferente a la idea de que se cultivó por siglos, de ser físicamente un depósito de libros.

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