Escuela de Verano de la Konrad Lorenz, un aporte al estudio y la investigación psicológica en Colombia

La Dra. Barbara Kohlenberg, experta en terapias de tercera generación, quien dictó el curso de verano de la Facultad de Psicología de 2012 de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, habló sobre algunos conceptos fundamentales de la enseñanza de la Terapia Analítica Funcional, así como de su experiencia en Colombia, el nivel de los estudiantes y los aportes que nuestro país puede hacer en este campo.

La Escuela de Verano de la Konrad Lorenz es un programa de educación continuada que se realiza desde hace varios años en el mes de julio, dirigido a profesionales de disciplinas afines a la Facultad de Psicología y la Escuela de Negocios, que quieran entrenarse de forma intensiva en temas de alta demanda y vigencia en el escenario actual. Para esta ocasión, el curso de psicología giró en torno a la Terapia Analítica Funcional y otros tratamientos de tercera generación. La docente invitada fue la Dra. Barbara Kohlenberg, reconocida autoridad en la materia y Profesora Asociada del Departamento de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nevada.

En sus declaraciones al cabo del seminario, la Dra. Kohlenberg resaltó la buena experiencia que fue para ella enseñar este tema en Colombia, así como el alto nivel y compromiso de los estudiantes y docentes con quienes interactuó durante varias semanas de trabajo. Afirmó que si se mantiene la realización de seminarios y actividades para los terapistas y se impulsa el entrenamiento de psicólogos nacionales en países como Estados Unidos, Colombia puede hacer una buena contribución a la investigación en Psicología. De hecho recalcó que “el nivel de entrenamiento aquí es bastante alto y llevan un gran proceso de investigación ahora mismo”.

Las generaciones de terapias en psicología

La importancia y la proyección de este tema para los psicólogos es alta. En el ámbito de la psicología clínica, las llamadas terapias de tercera generación son una serie de técnicas que buscan modificar un comportamiento problemático del paciente como resultado de la experiencia suscitada en la sesión, que con aproximaciones reflexivas y lingüísticas permite a la persona llegar a aceptar sus síntomas y activar un cambio de actuación en el contexto donde se da el problema.

El siglo XX vio evolucionar a la psicología clínica mediante olas o generaciones de terapias. La primera generación surge hacia mitad del siglo con la aparición de término “Terapia de la conducta”, que busca cimientos científicos para la psicoterapia y aplica en ella los principios de la teoría del aprendizaje. Luego aparecieron las terapias de segunda generación o de psicología cognitiva, sumando al perfil científico de las anteriores la atención al pensamiento del individuo como objeto de análisis, con la premisa de que si el pensamiento modela el comportamiento, al cambiar el pensamiento se modifica directamente la conducta.

La tercera generación de terapias aparece desde década de los ochenta y ha venido evolucionando desde entonces. Además de retomar los elementos de las dos primeras, se basa en el hecho de que el comportamiento se desarrolla a la luz de su contexto y de la relación socio-verbal que tiene el individuo con su entorno. Sobre esta base, la terapia puede ayudar a cambiar conductas indirectamente, es decir, cuando se den no en la sesión sino en su contexto. Estas terapias se caracterizan por ser mucho más internas, experimentales, profundas y con una implicación personal tanto del terapista como del paciente. Dentro de las terapias de la tercera ola se encuentran la Terapia de Aceptación y Compromiso, la Terapia de Activación Conductual, la Terapia Congnitiva (en muchos casos conocida como programación neurolingüística), la Terapia de Conducta Dialéctica y la Terapia Analítica Funcional, entre otras.

La formación de los terapistas

La Dra. Kohlenberg explicó la importancia de la enseñanza y el entrenamiento para los psicólogos interesados en estas terapias. “Cuando se está aprendiendo la psicoterapia, realmente usted está como científico, como académico y como ser humano. Entonces prestamos especial atención al desarrollo del conocimiento de uno mismo, de los terapistas, de quiénes son, cuáles son sus valores, para comprender cómo ser alguien generoso, más observador y más compasivo, entendiendo la compasión no como lástima, sino como la capacidad para estar al lado del otro como ser humano, con respeto, en cualquier condición”, afirma la profesora.

La importancia de la investigación y la oferta académica en este campo radica en que los terapistas formados tratan casos muy diversos como depresión, ira, problemas de personalidad, sobrepeso o a dicciones, entre otros, que son tan frecuentes en la sociedad actual. Uno de los aspectos clave de estas terapias es que son alternativas a las medicinas y los paliativos, como lo explica la Dra. Kohlenberg: “Vivimos en una cultura en la que las personas luchan por ser felices y muchas veces encuentran dolor en su vida cotidiana. Muchos van al doctor o al psicólogo para que los ayude a acabar con su sufrimiento, quieren medicamentos, técnicas para salir del sufrimiento, del estrés o de la ansiedad, y las terapias de tercera generación tienen una visión distinta en la que se busca deshacerse del sufrimiento emocional. Lo que estos tratamientos proponen es ¿qué pasa cuando ayudamos a cambiar la relación de los pacientes con su sufrimiento de manera que puedan tomar decisiones de vida enriquecedoras para superarlos?”.

La Fundación Universitaria Konrad Lorenz reafirma así su propósito de ofrecer formación de alta calidad en temas pertinentes para los profesionales en las distintas disciplinas de nuestras facultades, que les brinden elementos reales de actuación en su medio y les permitan aumentar su capacidad e encarar los retos de nuestra sociedad, así como de aportar a la reflexión y la investigación en los temas más trascendentales.

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